Esta obra es la respuesta a la búsqueda acerca de cómo retratar una Medellín sin filtros, una Medellín que devele las dinámicas que hacen tan particulares sus barrios y sus calles; de cómo sus habitantes somos quienes terminamos por configurar ese paisaje inimitable e inconfundible. Observo desde adentro esas escenas cotidianas en las que los niños son narradores espontáneos de una vida sin pretensiones.